La norteamericana Christie Dashiell tuvo un impactante debut en Buenos Aires (y esta noche suma dos nuevas funciones en Bebop Club).
✎ Sergio Arboleya [◉°] Laura Tenembaum
Compositora, arregladora y, fundamentalmente, exquisita cantante, la norteamericana Christie Dashiell demostró anoche por partida doble en el coqueto ámbito del Bebop Club del barrio porteño de Palermo estar a la altura de ser la figura elegida para encarnar una de las citas salientes del Jazz Day.
La celebración, impulsada a nivel planetario por la UNESCO para subrayar la importancia del jazz como herramienta educativa y de promoción de la paz, el diálogo y la cooperación entre pueblos del mundo, encontró en esta artista negra, de 36 años, y en el quinteto local que la acompañó magníficamente, una acabada muestra de ese espíritu.
Bajo la batuta de Mariano Loiacono en trompeta y con los estupendos Sebastián Loiacono en saxo tenor, Ernesto Jodos en piano, Mauricio Dawid en contrabajo y Sergio Verdinelli en batería, Christie se sintió como en casa en su primera noche en esta parte del mundo para desplegar su propia síntesis en torno a las músicas negras –como el jazz, el soul, el gospel y el rhythm and blues- que la habitan.
Nacida en Washington y criada en Greenville, Carolina del Norte, en el seno de una familia jazzera (su padre es el reconocido bajista Carroll Dashiell Jr. y sus tres hermanos también cultivan la música), la intérprete logró desarrollarse aún estando lejos del epicentro de la escena del género que late en Nueva York.
En ese camino integró los conjuntos vocales Sweet Honey in the Rock y Afro Blues y tomó parte en “The Way We Play” del trompetista Marquis Hill y en la obra “The Ever Fonky Lowdown”, de Wynton Marsalis, en compañía de la Jazz at Lincoln Center Orchestra, entre otros hitos de un andar donde registró dos álbumes: “Time All Mine” (2016) y “Journey in Black” (2023), nominado al Grammy en la categoría de Jazz Vocal.
Y anoche, en un par de presentaciones casi sin respiro, Dashiell lució el resultado de ese tránsito combinando una personal amalgama entre solidez, purismo y versatilidad.
“Christie es una cantante tremenda que vive en Washington y por suerte hoy la tenemos aquí”, la presentó el trompetista Loiácono antes de que ella saludara con un “muchas gracias. Estoy practicando español” y se desatara un set de fecunda comunión entre los instrumentistas argentinos y la célebre invitada.
En ese cruce de culturas y abordajes, el jazz puso su marco habilitando el lucimiento individual con los siempre festejados solos de músicos y cantante y el entorno de algunos de sus standards como “East of the Sun” (de Brooks Bowman), “God Bless The Child” (de Billie Holiday y Arthur Herzog Jr.) y “Afro Blue” (de Mongo Santamaria).
Pero, además, ella entonó su canción “Invitation” (“que hice para canalizar mi ansiedad cuando estuve viviendo en Nueva York”, según dijo en inglés) y apoyada en el trípode de piano, batería y contrabajo hizo una gran versión de la gema de John Coltrane “My favorite things” a la que –parafraseando a su título- anunció como “mi canción favorita”.
Christie Dashiell cantará de nuevo esta noche a las 20 y 22.30 en la sala ubicada en Uriarte 1658.
