(Des)Enchufados

Los Bunkers grabaron un unplugged para MTV y viajamos para ver uno de los veinticinco shows que dan en el Teatro Nescafé de las Artes de Santiago para recrearlo.

 Daniel Bajarlía  [◉°] @piaignaciaf

Del otro lado de la Cordillera hay bandas que no se entiende cómo todavía no hicieron pie en la Argentina. Es cierto que es difícil competir con la fuerza que tiene el rock nacional, pero eso no ha impedido la consagración de grupos de otros países latinoamericanos. Al escuchar los discos de Los Bunkers, desde su debut homónimo de 2001 (cuya historia ha sido recuperada en un libro de reciente edición) hasta Noviembre, el magnífico álbum que sacaron tras su receso de casi una década, la sensación es que con insistencia y un buen trabajo de marketing el quinteto oriundo de Concepción podría haber desembarcado con éxito en estas tierras, de la mano de canciones que se defienden solas.

Mientras que en Chile llenaron dos veces el Estadio Nacional (lo que representa una convocatoria de 100 mil personas) y en México son siempre bien recibidos, en Argentina son una banda de culto, apenas conocida por aquellos que tienen un oído inquieto y que buscan buena música en español más allá de las fronteras. El unplugged que grabaron a fines del año pasado para MTV, sin embargo, constituye la puerta de entrada excepcional a su sólida discografía.

En los 90, Los Tres marcaron un hito en la historia de los conciertos acústicos de la cadena estadounidense con un set ciento por ciento desenchufado que llevó el folklore chileno a un público masivo. Para La Ley, su participación en el ciclo funcionó para reforzar su consagración en todo el continente, pero su puesta fue un tanto austera, apenas acompañados por una sección de cuerdas. 

Los Bunkers, en cambio, plantearon la oportunidad como un desafío. Llamaron a Meme del Real de Café Tacvba para que se haga cargo de la producción (como hizo en los álbumes Música Libre y La Velocidad de la Luz) y ampliaron su formación a octeto para elaborar unos arreglos exquisitos, además de la participación en algunos temas de quenas y quenachos y de un cuarteto de cuerdas. 

La selección del repertorio también es magistral. Sí, están sus más grandes éxitos reversionados, en algunos casos con osadía, como “Ven aquí”, que fue convertida en una cumbia, tal como hicieron Los Auténticos Decadentes con “Amor” en su propio unplugged. La conexión local no termina ahí. Otro denominador común con los liderados por Cucho Parisi y Jorge Serrano es la invitada estelar: Mon Laferte. Aquí aparece en un momento cumbre, una versión de “Quiero Dormir Cansado” del baladista Emmanuel, en la que la cantante hace un dúo excepcional con el frontman Álvaro López.

Con la idea de transmitir la intimidad del show registrado en los estudios de Chilevisión, Los Bunkers decidieron presentarlo con una residencia de ¡veinticinco! funciones agotadas en el Teatro Nescafé de las Artes en Santiago, que tiene capacidad para menos de mil personas. Para dimensionar lo que esto significa, es como si Los Fabulosos Cadillacs o Airbag, que llegaron a River, eligieran hacer una seguidilla de shows acústicos en un teatro apenas más grande que el Metropolitan. Pocas veces se tiene el privilegio de ver a un grupo tan grande en un espacio tan reducido y esa felicidad se observa en el público, que con su fervor tira abajo las paredes del lugar apenas salen los músicos a escena. 

Los Bunkers están tocando con la misma formación que grabó el unplugged, lo que hace que la experiencia sea completa, pero más descontracturada, ya que se dan el lujo de sumar más canciones al setlist -algunas de las cuales uno desearía que estuvieran en el disco, como “La velocidad de la luz” y “El ruido de las cosas al caer”- y de extender algunas versiones, como la sesentera “Yo sembré mis penas de amor en tu jardín”, que incluye un guiño a The Beatles.

Con tantos músicos en escena, todo el tiempo está pasando algo sobre el escenario, en especial cuando se presta atención al multiinstrumentista Martín Benavides, que como un pulpo alterna sin pestañear entre el vibráfono, la melódica, el hammond, el glockenspiel y hasta el theremin. Lo complementa la mexicana Carmen Ruiz, que además de sumar acordeón y piano, aporta su voz en varios segmentos, aunque se destaca al final, cuando le hace la segunda a Álvaro en la versión de “Heart of glass” de Blondie, cuando baja una bola de espejos y la solemnidad del teatro desaparece y da lugar a la fiesta y el baile. Cancamusa, baterista del grupo desde 2024 tras la partida de Mauricio Basualto, tiene su momento estelar en “Rey”, donde muestra sus dotes como cantante. El MTV Unplugged es su primera grabación con el grupo y no deja dudas de lo atinada que fue su incorporación.

Tanto en el álbum como en concierto lo que se observa es que Los Bunkers quieren divertirse, como en el tributo que le hacen a Paul McCartney con una versión con aires andinos de “Let ‘em in”, con bombo legüero incluido, o en las intervenciones del Cuarteto Austral, cuyas cuerdas agregan sofisticación en cada aparición.

En un formato poco habitual para una banda de rock, Los Bunkers demostraron con su unplugged que tienen ambición y buen gusto. Lo van a seguir presentando durante todos los fines de semana de mayo y junio, pero, como la banda grande que son, el éxito de esta residencia fue tal que anunciaron un show en noviembre en el Movistar Arena de Santiago, que tiene una capacidad similar al de Buenos Aires. Para los argentinos que están viajando a Chile a hacer compras, la oportunidad de verlos de esta forma es única aunque, dado el éxito que están teniendo, posiblemente no sea irrepetible.


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Publicado el 12 mayo, 2025