Después de dos shows históricos en River, Duki vendió seis noches en el Movistar Arena (nuevo point preferido del mainstream tanto local como internacional).

^{✎ Cecy Díaz}

Ya pasaron las primeras tres canciones del show y, de repente, se pone de espaldas al público. Lo hace junto a su grupo de baile. Se sienta lo que aparenta ser un cómodo sillón y empieza a cantar para la cámara que lo filma (y que lo acompaña durante toda la noche). Las 15 mil personas que estamos en el lugar nos convertimos, de esa manera tan simple como efectiva, en parte de un videoclip.

La cultura pop de MTV que marcó a muchas generaciones está presente en el espíritu de estas acciones. Los recitales no sólo son performáticos sino que además son pensados con la lógica de la viralización, del clip en redes, de adelantarse desde el escenario a la edición (o reinterpretación) que puedan hacer tanto quienes trabajan en creación de contenidos para redes, tevé, documental o incluso siendo parte de un fandom que -celular mediante- graba, edita y publica.

Lo que nos ofrece Duki es un espectáculo pensado de principio a fin no sólo desde lo sonoro sino, también, desde lo visual. Es una suerte de take away, que nos espera listo para llevar y devorarlo.

La excusa del encuentro es presentar oficialmente su último disco, Ameri. Pero una parte de las personas que compró su entrada y dice presente ya había estado ahí mismo, en el Movistar Arena de Buenos Aires, cuando hizo la escucha en diciembre. Lo otro que se repite -por suerte, porque es muy buena- es parte de la escenografía: el escudo de Duko que se descubrió con la tapa del disco (esas cuatro D enlazadas que forman una suerte de cruz), el sillón, el vaso de whisky con el que brinda al cielo, y el grupo de bailarines y bailarinas.

¿Con qué puede sorprender un pibe que desde el día uno viene aportando cosas a la escena de la música argentina actual y que hizo dos estadios de River marcando un hito para su generación? ¿Cuál es el techo de un líder de escena indiscutido, tanto a nivel local como internacional? Quizás haya no sobrepensar. Mejor celebremos lo que ya logró este pibe de Caballito que, aún con todo cocinado, lo vemos con ganas y capacidad de ponerle un poco de pimienta: por primera vez, lo vemos haciendo una coreo (y ahí su público se pregunta si influyó la chica a quien tan enamorado le dedicó el tema “Buscarte lejos”, claro).

Retomando la idea: esto que vemos de nuevo en Duko forma parte de ese concepto de videoclip, de espectáculo un poco más pop quizás. Se sube al escenario y con su sola presencia impone autoridad. Lo ves moviéndose (lo justo y necesario) para reforzar una coreografía que realza la intensidad de lo que suena. Y eso está bueno, es como una propuesta que está más completa. Es un espectáculo al que le das play, es un show for export (algo que no es muy loco ya que Mauro Ezequiel Lombardo se convirtió en una estrella alrededor del mundo).

La lista de temas de la segunda noche no fue muy diferente a la primera y posiblemente siga siendo parecida a las próximas. Lo que sí no terminamos de resignarnos es a la nula participación de invitados o invitadas… ¿será que en alguna de las fechas sume a alguien que no pudo estar en este arranque?

Los temas de Ameri suenan fuerte y son centro de todo: arranca con Nueva Era; cierra con lo mismo. Atraviesa por momentos en los que hace saltar a todo el lugar con hits inoxidables como Rockstar o She dont give a fo pero también se emociona cuando en Barro suena la voz de Luis Alberto Spinetta (con cita de Barro tal vez).

Prolijo. Contundente. Con impacto visual. Con setlist imbatible. Todo lo que nos da Duki (el Duko, Mauro) parece ser lo mejor que tiene. Y está bien, está bueno. Nos regala un show y la ilusión de que un pibe que hace free en una plaza también puede cumplir el sueño de tener una chain, la casa en Miami y todo los brillos.

POR BAHÍA BLANCA
La organización del evento informó poco antes del inicio de esta maratón de recitales que parte de lo recaudado será donado para las familias de Bahía Blanca que se vieron afectadas por el temporal.
Asimismo, cuando entramos al lugar vimos, también, mesas de la Fundación Sí recibiendo aportes.